Conociendo las profundidades de la superficie.

23 de mayo de 2007


En fin. Cambiando finalmente la temática de este blog, para que no crean l@s desprevenid@s que esto es tan oscuro, comentaré con brevedad, algunas maravillas de la industria yankilera, que nos tragamos diariamente, guste o no nos guste.

Esta entrada del blog, se la dedico a mi querido Alfredo, para que vea, que en realidad, no siempre escribiré sucumbiendo a los instantes de trance, y que aquello que parece muy serio, en realidad, es absurdo, pero que al estar escrito con palabras difíciles se nota menos.

Hoy, definitivamente, me desahogaré de tooooda la basura que se suele ver por ahí.

Bien. ¿ Adónde apunto con esta presentación?. Nada más ni nada menos que al mercado cinepatológico que sufre el mundo como si de una pandemia se tratase.

Oh, sí. Desde pequeña deseaba ver cosas de acción, artes marciales, personas de fuerte carácter luchando por un ideal, siendo nobles cual Helio, y superando las circunstancias adversas sin cortar la cabeza de un ajeno o sin aproximar el seno de un ángulo por el ángulo mismo.

En fin. En mi estúpida ingenuidad, siempre caía en las mismas películas: Mel Gibson, Jean Claude Van Dame, Steven Segal, Jet Li, etc... – y otros más que apenas reconozco de rostro, y que por suerte, mi mente ha olvidado sus nombres –

Definitivamente, hoy en día, al ver un pedazo de esas películas que los canales de aire se empeñan en repetir mes tras mes – sí, ya no esperan siquiera un año – y no obstante, siguen promocionándolas como ‘estrenos’, me hacen tener súbitos momentos de memoria de aquella simple y reiterativa trama.

Oh, si. ¡Cuánta genialidad en aquellas tramas!.

Todo comienza cuando el héroe del momento, pierde a su hermano, le matan la mujer, castraron a su gato, o busca venganza por la muerte de un amigo. Aquí las variaciones de argumento, ‘siempre’ resultan descabelladas. El buen hombre, luego de análisis internos, de reflexiones profundas, de una lucha encarnada entre su lado vengativo y su naturaleza piadosa, decide ingresar a una mafia, entrenarse para un torneo sangriento, o bien, se peina con un buen gel, ya que, en las próximas horas, las luchas le despeinarán, y eso NUNCA sucede – vean a Steven Segal si no lo creen - .

Luego de alcanzar el nivel de super sayayin 6 x 1023 (ya sea entrenando, comienzo pizza, o peinándose), emprende su camino/destino. Siempre, en algún momento de esa larga caminata en búsqueda de su enemigo, el protagonista se encuentra con una dama. SIEMPRE. La dama nunca es fea, es menor de 30 años, y le encanta ser una especie de guerrera en bikini, porque es así: no hay ropa más cómoda que una bikini para pelear, para rescatar un novio secuestrado por los Yakuzas o hackear un banco internacional – aunque hay que reconocer que esto último es bien accesible en bikini –

Luego de que el protagonista de la película y la dama se encuentran, se retan a un duelo sexista, donde siempre termina el hombre acorralándola contra la pared, ambos personajes, se dirigen hacia el enemigo – que para ese entonces, ya sabemos que la dama quiere freír al mismo enemigo que el protagonista, o si no lo quería hacer, ya poco le importa hacerlo o no, pues el encanto del protagonista puede más que cualquier ideal, convicción o algo que se le parezca –

Continuando con esa caminata, donde matan gente a troche y mote – sin olvidar el sentido de humor tan realista de los protagonistas con el que siempre suelen decorar las peleas más sangrientas – se encuentran con el imbécil de la película. Sí, un tremendo estúpido, que siempre, resulta ser tan o más inteligente que el mismo protagonista. Y es que es así, la estupidez es la que alarga la vida. El protagonista puede intentar descifrar un enigma en el centro mismo del laberíntico pasaje que le llevará a su enemigo, pero no lo conseguirá, hasta que el imbécil del grupo, luego de romper una palanca, tirar café sobre el teclado, o cortar un cable por simple decisión del ‘de tin marin de don pingüé’, resuelva con la mayor elementalidad y suerte, el problema en cuestión.

Luego proseguimos con un viaje más o menos estándar. El imbécil intenta una burda conquista de la dama, que obvio, rechazará con repugnancia, porque el protagonista, es el protagonista, él no se despeina cuando pelea, el imbécil, sí.

Podemos encontrar persecuciones eternas, que no tienen más sentido que una sucesión de paisajes, personas corriendo, y algún perro pateado, que nunca nadie ve. La carrera puede continuar en autos, que desafiando cualquier principio del sentido común – ya no pidamos de la física, mecánica u otras – salen volando, caen, giran cuatro veces sobre sí mismos, aceleran en autopistas en donde todos los autos están equiespaciados, atraviesan casas, andan en dos ruedas por callejones de casi la mitad del ancho del auto... en fin... que luego de toda esa persecución, al finalizar, los tres ‘aventureros’ bajan del mega-coche para contemplar el caos generalizado, y soltar con el mejor de los humores chistes del tipo ‘oh! Deberíamos hacerlo más seguido’ o frente a un muerto ‘vete al infierno, nadie se mete con mi abuela’ o cosas de ese estilo, podemos observar maravillados, que los aventureros, regresan a ese auto verdaderamente destrozado, y con un simple giro de la llave, se puede escuchar el sonido ronco de un Mercedes en esa carcacha arrugada. Oh, maravillas estos autos. El auto fantástico debería demandarlos...

En fin.. pero lo más asombroso, a veces, no son esos autos, sino el gran ataque maniático de las explosiones/fuego que padecen la mayoría de estos directores.

Hay una regla que nunca tiene excepción: SIEMPRE hay explosiones.

Es increíble ver cómo un gramo de pólvora, puede destrozar un edificio completo. Y lo más maravilloso, es que hasta tiene una expansión extremadamente lenta. La explosión es tal, que, el protagonista, que suele siempre estar al lado de la bomba en cuestión, comienza a correr 100 metros, cuando sólo quedan 3 segundos. En el mejor de los casos, sólo intenta salvarse él. En el peor, está la dama anteriormente mencionada, que siempre, SIEMPRE, es una estúpida para correr. Y es que la belleza atrofia las pantorrillas, o algo así. Porque el protagonista, no sólo debe correr para salvarse de ser pollo rostizado por causa de la explosión, sino que, en tal caso, debe tomar a la señorita de la mano, hacerla correr, esperar que se tropiece, que grite con lagrimas en los ojos un ‘olvídate de mi, sálvate tu’, y que el protagonista, tan abnegado como siempre, retrocede sobre sus pasos, levanta a la infeliz del suelo, intentan retomar la carrera, pero... oh! Vemos que el tobillo de la inútil está roto, así que el protagonista, debe llevarla en sus brazos – recordar que a todo esto, la explosión sigue en su leeeento proceso de expansión –

En fin... luego de tan heroica acción, vemos que el protagonista como la señorita, saltan a algún lado que los protege de absolutamente todo. – y es allí cuado la explosión toma su velocidad normal de expansión, y sí, el protagonista es también amaestrador de explosiones.... no hay otra explicación - Y a lo mejor, RECIÉN a estas alturas, podemos contemplar que el protagonista se ha despeinado un poco, tiene una herida característica en su mejilla o en su hombro derecho – lo que hará más difícil la pelea con su enemigo a posteriori - y la dama, pues... si ya antes andaba en bikini, ahora esa bikini está harapienta, y con un gesto virginal, intenta taparse con pudor... si es que lo encuentra (no pregunten qué, lo primero que encuentre, sea el pudor o el gesto virginal).

Una variante de esa escena, es que el imbécil muera por salvar al protagonista y/o a la dama. Entonces los dos sobrevivientes se abrazarían, la dama lloraría –porque es el toque emocional de la película, hay que comprender – y el protagonista, con el rostro lleno de ira por la muerte del imbécil, dice al viento alguna maldición a su enemigo. Oh, si. La naturalidad de estos momentos eriza la piel. Son los momentos en donde se espera que la gente llore en el cine. O algo así. Creo.

La cuestión, y ya para no alargar tanto esto, es que los dos personajes se encuentran finalmente con el enemigo.

Por alguna razón o por otra, siempre atrapan a la dama – y es que son una lata estas damas. Pelear con bikini siempre trae complicaciones, eso no parece entenderlo los cineastas – con la cual amenazan al protagonista de violarla, quemarla, matarla, o correrle el maquillaje.

Furioso, indignado, dando discursos de moralidad mientras una música de fanfarrias suena como fondo en la película, descubrimos la esencia pura y brillante del protagonista, más de lo que ya lo veníamos viendo, mientras dice algo del patriotismo y el respeto a las mujeres, y nos maravillamos ante la presencia – infaltable en toda peli yanki - de una bandera rojita con rayitas y estrellas blancas y algo azul por algún lado, flameando o bien vemos un cóndor, águila, avechucho.... naaa, un buitre. Creo que siempre es eso...

En fin. Presenciamos la pelea terrible, donde nuestro protagonista, debe pelear en su deplorable condición – con el rasguño en la cara, o con el hombro lastimado, o en el peor de los casos, despeinado –

Entre una pelea que va desde navajas, golpes con sillas, tomas de algún desAsTRE marcial, o simple arrojamiento de desodorante para baño en los ojos del enemigo, siempre, pero SIEMPRE, vemos que cuando el enemigo pide misericordia en el momento tenso, nuestro protagonista, como es una persona sensible que se conmueve, tanto como se conmovió con todos los tipos que mató en el proceso de llegar a ese lugar, le perdona la vida con un gesto de superioridad, y se dirige hacia la dama, la cual, seguro, está encadenada, atada o algo por el estilo.

Pero claro, los malos son taaaan malos, taaaan terribles, que a traición intenta ganar, y es allí donde finalmente contemplamos la función de la dama. Y es que las damas en estas películas, son alarmas. Alarmas en bikinis que se van desintegrando a medida que pasa la acción.

Es allí donde la mujer, desesperada grita al protagonista que mire hacia su espalda, pero como este hombre es bien duro de matar, saca una tarjeta de crédito, y con ella, usándola cual shuriken – ninja – se la ensarta en la yugular del otro infeliz, que al igual que la explosión, siempre presentan una reacción leeenta... – cuando al mujer grito y el protagonista se dio vuelta, el enemigo aun esta sacando una navaja del bolsillo trasero del pantalón -

Nunca falta la película en donde, tras dicha escena, nuestro amado héroe ponga como frutilla a la ardida jornada, un comentario del estilo ‘ oh! Creo que mañana no compraré el suéter que quería, al menos, no por VISA’

Y luego de la extraordinaria pelea, el hombre recuerda que la alarma – ejem, dama – está aún encadenada. Va, la rescata, y como ella ya venía encantada con el carisma del tipo, vemos la escena final con un beso de lo más patético, y en derredor, lo más probable, la policía llegando, gente que mira la escena apabullada, sin reparar en dos tortolos, que de por cierto, tienen una muuuy sospechosa actitud.

A estas alturas, está de más preguntarle al protagonista el porqué de haber llegado a ese punto, pues el hombre, ya no recuerda qué era lo que quería vengar, si era a su amigo, a su esposa, a su perro. Lo único que sabe es que esa dama es la dama de su vida, y ya nada más tiene sentido.

En fin... ¿moralejas que ha dejado?.. naaa, se concluyen directamente...

Mejor iré a mi cálida madriguera – leer como ‘cama’ -... el mundo real me apabulla...

Historias excepcionalmente probables...

16 de mayo de 2007

La existencia humana presenta tantas curiosidades. Resulta que no tiene ecuación, que no es exacta, que no tiene más que probabilidades.

El universo parece concebido bajo la probabilidad. Los astros, aparentemente – si alguien lo cree – dicen de nuestro porvenir con un cierto grado de probabilidad.

El humano actúa bajo la probabilidad...

Una niña de la calle, probablemente no conozca del cariño. Un maduro vagabundo, probablemente, desconfíe de su sombra, y no entienda en la palabra confianza, mas que un engaño perpetuado por algún ajeno, que en su momento, aprovechó de su ingenua juventud. Una prostituta, difícilmente crea en los hombres, y en su sensibilidad, a la cual sólo ve como un simple instinto animal.

Sin embargo, todos los casos de probabilidad, parecen que decantan en excepciones.

Las historias, las creencias, las ideas más firmes, terminan temblando ante excepciones, cuando la probabilidad más baja se hace evidente.

Y es allí cuando una prostituta, acepta la mano de un hombre que se ha posado en su mejilla, sin más deseo que darle un gesto de apoyo.

Es allí, cuando un vagabundo se encuentra con una joven, que le devuelve las monedas que se habían caído de su harapiento sobretodo.

Es allí, donde una niña, puede entender la calidez, cuando un perro callejero refriegue su frío hocico en el pantalón de la pequeña, sellando un silencioso pacto.

Las excepciones, pueden realmente hacer revoluciones, cuando lo inesperado, se hace presente. Pueden reafirmar convicciones, pueden mover todo el mundo interno que hemos construido, y que habíamos considerado perfecto.... o mejor dicho, aquel mundo al que nos habíamos resignado como propio.

El verdadero potencial de la excepción, radica en el esfuerzo que se genera, para hacerla posible, para romper cadenas sociales, para hacer una revolución, que se externalice finalmente.

Si dos excepciones se encuentran, justo en la más baja probabilidad... entonces, pueden crear más excepciones. ¿Qué hay de malo en todo aquello?. Nada. Simplemente hay que tener el valor, la paciencia, y el tiempo para crear las excepciones, para liberar temores productos de nuestro universo barroco, comprender la maravilla de que ha acontecido lo más improbable, y por ende, actuar en consecuencia, meditando con tiempo y ojos críticos.

¿Quién diría que universos solitarios, con necesidad de ser compartidos, se encontrarían, habiendo tanta población en el mundo? ¿ Quién diría que dos personas separadas por trópicos verían a tanta distancia, las formas internas del otro, habiendo en cada país, tanta fauna a contemplar?

La probabilidad más baja se ha dado.

Aquella que es verdaderamente difícil de encontrar, se ha producido.

¿ Acaso de debe desperdiciar tan única excepcionalidad universal?

No. Para evitarlo, existen las excepciones....

Las maravillas no se producen dos veces...

Maravillas imperfectas, que resultan perfectas. Eso, es verdaderamente una manifestación de aquel valor menos probable.

2 de mayo de 2007

0 Oscuridades  

No hay resentimiento, no hay dolor, no hay más que resignación, que de vez en cuando, se retuerce, mostrando aún la raíz infecta de una herida mal sanada. Nada pasa, nada que alguien pueda paliar.

Sólo que a veces, el mal clima – húmedo Buenos Aires – provoca la molestia de aquellas malas cicatrices que se creían olvidadas.

La actitud del náufrago.

Caminar en círculos bordeando la isla, esperando que la marea traiga alguna cura que sirva. Mientras tanto, el caminar ayuda a cicatrizar.

Cuanto más se camina, más se piensa, y el pensar, libera.

Libera y condena, irónicamente.

No hay peor enemigo que uno mismo, por ello hay que saberse dar batalla. Es estúpido sentir el ataque de un ajeno, que no sabe las oscuridades que nos rodean. Nadie puede temer a un ajeno, si en verdad ha visto sus propias profundidades. El abismo interno, la fosa profunda que somos en esencia, es un maravilloso, tortuoso, fascinante y escabroso universo.

Nuestro universo.

El que hemos creado con nuestras propias manos mentales.

El que podemos destruir con tan sólo superar el instinto de supervivencia.

Un universo que con pocos se puede compartir...

Un cosmos concentrado en nuestra esencia, con tanto para descubrir y analizar, con tanto para potenciar, con tanto para superar...

Es en el único universo donde, eternos, somos inmortales en nuestro propio presente, en nuestro mar de Ideas...

Rodeados de estampas barrocas, contemplamos nuestras pequeñas zonas iluminadas con fascinación, y aún conservando el temor o el respeto, anhelamos todo aquello que aún invisible por la oscuridad, nos es vedado...

Y como niños, jugamos con Ideas que fugazmente, pasan a nuestro lado, corriendo en dirección a esos lugares que no podemos divisar. Ideas que sabemos lo que son, pero que nos generan respeto.

Ideas traviesas, Ideas macabras, Ideas que pueden abofetearnos un día al descubrirlas como poco alocadas. Ideas, que antes, sólo nos hubieran disgustado.

Y es allí, donde un nuevo sector comienza a tener una tenue luz.

No resulta iluminado por completo, pero ya en la penumbra, se puede perfilar la desnuda Idea, mostrándonos sus líneas contorneadas con una simulada timidez. ¡Qué interesante Idea!.

Y allí, comenzamos a verla sin ese respeto que antes nos inhibía. Ahora, la Idea, es algo que hay que violar. Hay que arrinconarla en la zona oscura, y besarla contra su voluntad.

Sólo cuando nos hayamos percatado por completo de lo que se trataba aquella Idea, sólo allí, la Idea será por completo nuestra, descartada o aceptada, pero finalmente iluminada.

Nee... Los exámenes están cerca, y mis Ideas oscuras, reemplazadas por las de mis estudios, se ponen celosas, y me atacan por las noches, obligándome a escribir estas cosas aún contra mi voluntad...

Me sujetan sin darme escapatoria, y ahora son ellas las que besan violentamente... Casi advierto sus movimientos como un gesto disimulado de venganza...

Sin Emabrgo, por suerte, mis Ideas Violan de una forma exquisita ...

- Sí, ya... mejor me voy a dormir.... -


Palabras complejas si las hay ....

0 Oscuridades  

¿Qué ocurre?, ¿Qué pasa?, ¿Te sientes bien?

¿El mundo siempre ve un sólo rostro en ti?

¿Cómo has pasado el día? ¿Has enfermado o te has sentido feliz?

Sí. Ser feliz. Palabras complejas si las hay. Mejor olvida la pregunta.

¿Cómo te ha ido en el trabajo? ¿Has logrado la venta de aquel pequeño pantalón, que ya de moda se ha pasado, como así también de moda pasó el sentimiento compartido?

Te encuentro justo haciendo las compras para tu hogar. ¡Bello hogar de vacío has creado!. Veo que en la bolsa que llevas, tienes una pequeña botella de Champagne. Probablemente festejarás sintiendo la punzada de la traición.

¡Me alegro tanto por ti!. Al fin encuentras una persona, que sólo te quiere para calentar sus sábanas, en el mejor de los casos, o te permite sentirte prostituta, pero no te entrega billetes, sino unas palabras frías a tu oído, creando junto a ti, la entelequia de una vida que sabes, ya no será la planeada.

¡Oh! Disculpa la franca ironía. Olvida estas palabras, como has olvidado otras, que de mayor importancia, no parecieron afectarte tanto. ¿O quizás ya ni siquiera las recuerdas?. Pobrecita. Tu mente es ‘tan’ selectiva.

Sonríe que aún tienes tanto.

Increíblemente, encontraste la libertad negada desde la infancia. ¿Verdad?. ¿O será una treta más de aquella quimera que has creado con aquél a quien le llevas esa champaña?

No bajes la cabeza, no huyas más de la estupidez. El dolor que se causa, se infecta. La traición duele en el profundo hueco que a cada segundo late en el cuerpo.

No tartamudees explicaciones sin sentido, excusas baratas. Mira el lado bueno de las cosas. Tú nunca caminaste con la sensación de topar en una calle barrial a aquella persona, nunca sentiste su presencia cerca a pesar de saber lo estúpido de la situación, nunca estuviste horas creyendo que el día de tu cumpleaños, aparecería ese ente en tu puerta, nunca siquiera intentaste imaginar unos brazos invisibles que se ciñeran a tu cintura con fuerza. Con aquella fuerza delicada y aromatizada que sólo ‘esos’ brazos dejaban...

Sonríe. Ahora eres feliz. Sí, Palabras complejas si las hay.

Cada noche te rodean brazos mejores que aquellos que antaño te estrecharon. Brazos fornidos, de ancho importante, que te sujetan con cierto grado de posesión. No esas pequeñas extremidades de suave piel, que intentaban en su torpeza, darte una libertad que desconocías.

No. ¿Quién querría brazos así?. Tú precisas de esa seguridad, que sólo el que compartirá hoy contigo ese Champagne puede darte.

Levanta el rostro. Esta noche tendrás un cuerpo sobre el tuyo, que reclamará lo que es de su propiedad, sin importarle mucho lo que desees. ¡Eso es seguridad!. No ese cuerpo pequeño que con torpeza, pedía permiso al acceso de tus rincones, que temeroso por tu incomodidad, preguntaba en susurros tu sensación de libertad. ¡Eso no es seguridad!. Palabras complejas si las hay.

Mil veces mejor el hombre que luego de saciarse, se duerme a un costado de la cama, sumiéndose despreocupado en el sueño, marcándote con el gesto, el agradecimiento por haber tenido ese pequeño detalle de haber comprado una botella de Champagne. Eso es amor. No ese empecinamiento que aquella persona tenía, quien te mantenía despierta por horas, acariciando lánguidamente tu cintura, tu espalda, y degustando tu aroma, escurría sus dedos hacia la nuca, para jugar con tu cabello, mientras susurraba con estúpida tranquilidad, todo aquello que sentía, sintiéndose vulnerable. Todo eso que en verdad, a ti, no te servía para nada. Sólo era un ruido molesto, ¿verdad?.

No hay nada mejor que un hombre embistiéndote, cegado por el placer, moviéndose sobre tu cuerpo con celeridad. Eso con nada lo puedes reemplazar. Y menos, con ‘aquella’ persona.

Debes estar orgullosa. Lograste superar en tan poco tiempo el recuerdo de ese ser al que le mentías envuelta en tu confusión.

No. Tranquila. No vuelvas a tartamudear. Te entiendo perfectamente. Deja las excusas baratas. Todo aquello que le has dicho a ese estúpido ser, había sido producto de tu confusión, o era simple mentira para disparar el experimento deseado. Eres muy buena estratega.

¡Lo bueno, es que ahora, ya estás tan libre!.

Lograste de aquel ente, el reafirmarte a ti misma como lo que eres. Una bella mujer que compra una botella de Champagne, para conmemorar el día en que decidió ser feliz. ¡oh!, Sí. Palabras complejas si las hay.

Pero al menos, con seguridad, puedes afirmar, que te encuentras completa.

Por cierto, ¿y tus hijos?. ¿Cómo?. ¿No los han tenido aún?. ¿Por qué?

¡Ah!. ¿No puedes tener hijos con quien no amas?.

¿Qué dices? ¿Lo dice la joven que ha comprado esa botella de champaña? ¿Lo dice quien goza cada noche su ‘seguridad’? ¿Lo dice la misma chica que vende ese pantalón pequeño pasado de moda, exhibiendo esa sonrisa tan vacía?

No. No llores. Sonríe tan vacío como siempre...

Tienes a un hombre...

Eres feliz. Palabras complejas si las hay.

Reciclaje de personas...

1 de mayo de 2007

0 Oscuridades  

Probablemente sea la sensación de muchos. El mundo es muy grande, avanza a agigantados pasos, y el tiempo, siempre escasea, provocando que nadie observe.

Quizás, aún en el silencio, el latido secreto de un sentimiento se hace sonoro como un murmullo. Pero nadie lo escucha.

Tampoco es cuestión de gritar todo. Ya el mundo grita suficiente. Ya el mundo es lo bastantemente holgazán, como para que encima, se pretenda poner en bandeja sentimientos delicados, con el fin de que sean exhibidos como un canapé. Que los miren, que vean aproximadamente qué es lo que llevan, y luego los rechacen, alegando que el caviar sabe mejor.

No es tampoco así como funcionan las cosas.

El humano moderno, pretende mucho con poco esfuerzo. Y dentro de esa filosofía, caen los ‘otros’. Los otros personajes de esa comedia sarcástica que es nuestra vida.

Simplemente no ven al que precisa. Simplemente no ven al que anhela. Simplemente no se puede.

La ‘Metamorfosis’ una vez mas...

“Las cosas son así, aguántatelas, y vive... o simula hacerlo.”

¿Qué ojos se posarán sobre el alma lastimada? ¿Qué ser comprenderá el solitario universo que se crea a su alrededor?

Quien logra hallarlo, luego abusa.

Y luego el que siempre veía, deja de ver. El que podía llenar el vacío, se ausenta. Simplemente el cansancio de ser descartable, obliga a los seres a ser parte de esa masa inerte que se mueve con el tiempo, que no mira ni escucha murmullos.

Indignación.

Se es preciso hablar, pero también, el resto debe tener la delicadeza de escuchar. Y luego, sólo luego, juzgar, si ello es algo que estén en condiciones de realizar – pero muy poca “Jente” puede hacerlo -.

EN NOMBRE DE DIOS (MAGO DE OZ)

Si has perdido la fe
y has pactado con el mal,
pon tu alma en paz,
que de tu cuerpo yo me ocuparé.

A través del dolor
vencerás a Lucifer,
primero has de aceptar
que ser lesbiana es una enfermedad.

No omitas detalles, cuéntame
cómo os la montabais las dos,
y entonces yo te daré la absolución
desnuda y en mi habitación.

Con la tortura obtendrás el perdón.
Acepta a Cristo y muere en nombre de Dios.

Muere en nombre de Dios!!!

Si quieres confesar
tu desviación moral,
que eres homosexual,
que entre tus piernas anda Satanás.

En el quemadero tú arderás.
El fuego purificará
todo pecado que tu cuerpo cometió.
La hoguera te hará a ti el amor.

Con la lujuria te condenarás.
Sólo nosotros follamos en nombre de Dios.

Si has perdido la fe
y has pactado con el mal,
por ser gay o bisexual
el Santo Oficio te exorcitará.

Con un auto de fe,
que aunque cruel es lo mejor,
para escarmiento de quien
no sigue la doctrina de la fe.

Pobreza, obediencia y castidad
es siempre obligado cumplir,
o no ser que seas Papa o seas Rey,
Obispo, o del Opus Dei.

Haz lo que diga, no lo que haga yo.
Tenemos dinero, poder, sexo en nombre de Dios.

Siempre en nombre de Dios!!!

Vendemos bulas,
compramos tus sueños.

Matamos en nombre de Dios.