Ella llora cada noche, vestida en su manto negro, decorado apenas con pequeños brillos que son opacados por el humo que la rodea. Su piel está reseca, las grietas se abren en su cuerpo mostrando el enfermizo interior. Un interior de un rojo gastado tan único como su sangre, que violentamente camina en su interior, dándole pasión, ira, violencia.
Sus bellos ojos verdes, que irradiaban esperanza y vigor en su juventud, se encuentran ahora marchitos, grises, agotados de derramar lágrimas con sangre, con dolor, con tierra. Lágrimas que surcan su agrietada piel. Lágrimas que llenan pequeños lagos profundos de desesperanza, de angustia, de cerrazón.
Su cabello lentamente se va cayendo, tornándose marrón, reseco y quebradizo. Como hojas muertas se desparraman por su manto negro. Su piel ya no alimenta sus raíces.
Y su dolor infinito se traduce en llanto silencioso que atraviesa la inmensidad del éter. Sus labios que besaron vida, sólo se retuercen de tristeza al ver próximo su fin, dictaminado por sus propios hijos. Hijos que alimentó desde el principio de los tiempos, y que ahora le pagan con ese maltrato que incendia su alma, y la consume en llamas negras.
Suspira, buscando aliviar el dolor que la acongoja, pero su aliento pútrido la desmoraliza aún más.
La que había sido y la que tristemente es...
Levanta su falda vieja y negra, para contemplar sus piernas ajadas, contemplando sus pies en llamas.
Desesperada mira a su alrededor en busca de ayuda, pero sólo encuentra a sus criaturas animales cayendo una tras otra, muertas por la hambruna, la destrucción de sus hogares, el envenenamiento de sus aguas, la suciedad de sus aires, la ambición de sus hijos. Junto con ellas caen tambien sus criaturas vegetales, que se deshojan resecas, amarillas, envenenadas, destrozadas.
Y allí, detrás de todo aquel caos, ve a sus hijos. Su criatura más petulante. Los humanos.
Llora. Llora sintiendo el fuego que la consume, la asfixia que la rodea, la sangre pútrida que pronto dejará de recorrer sus venas.
Y sólo llora, en la inmensidad del cosmos.
Sus criaturas mas petulantes y más estúpidas.
Destruyendo lo único que les da vida.
3 Oscuridades:
Tené la seguridad de que mientras las víctimas de los desastres naturales originados por la contaminación producida por las fábricas de los poderosos sean los pobres, nada va a cambiar. Pero cuando los efectos de la contaminación le toquen el culo a algún poderoso, ahí, quizás, se den cuenta de que están metiendo la pata.
Saludos.
Qué lindo Mako, me gusta la personificación de la tierra,y como se va descubriendo de a poco el verdadero sentido del texto.
Lástima que quedó medio escondido, detras de los vicios :P Se merece más protagonismo!
Hola nacho. y si, lo malo de eso es que tal vez para cuando a alguno le toque el culo, ya sea muy tarde.....
y Geli, gracias por el comentario, pero no es que quedó tapado por los vicios... en fin... tuvo un par de dias primero.. XD pero bueno... ya sabes que se me da por mechar diversas entradas....
besotes a los dos! ^^
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