Violenta exclusión: Invisibilidad Social

24 de agosto de 2008

Dentro de las formas de deshumanización que se desarrollan en un sector social respecto de otro, se hallan la discriminación, el desprecio, la humillación, la marginalidad, etc. De todas estas actitudes negativas ejercidas por el sector más poderoso hacia las minorías, se encuentra una muy sutil, que se maneja principalmente por el doble discurso (como casi todo), pero que ejerce una sensación de ausencia que le protege. Me estoy refiriendo a la invisibilidad. Es una de las tantas tretas sociales para simular la inexistencia de determinado grupo. En particular, al grupo de las mujeres lesbianas y las personas transexuales.

Esta invisibilidad no es sólo una coincidencia. Históricamente, y gracias a este sistema imperante de predominancia masculina, se ha relevado a la mujer a las sombras. Las mujeres heterosexuales de antaño siempre han sido sometidas a ser sólo el adorno de su marido, al cual le daban prestigio social (ya se conocen aquellas antiguas creencias de 'hombre de familia es más respetable/honorable', frase que aún parece ser utilizada en los grupos políticos, y más aún en los conservadores).

El placer femenino siempre había sido considerado nulo, hasta finales del siglo XIX donde se comienza a aceptar que la mujer experimenta placer, al igual que el hombre, y que su capacidad de degustarlo no radicaba en su cuerpo (o sea, no era una tara física), sino en las represiones que la sociedad como la religión le habían impuesto por años. Es más o menos por estas épocas, donde Freud comienza su teoría (hoy vetusta, que quede claro) de que había mujeres más maduras que otras. Las que no eran mujeres maduras, eran aquéllas que experimentaban placer clitoriano, pero aquellas que experimentaban el placer vaginal eran consideradas 'mujeres completas'. Nadie sospechó algo raro en esta teoría por aquél tiempo. Claro, todos los individuos estaban más emocionados/ trastornados/ horrorizados/ sorprendidos en descubrir que la mujer también sentía placer que en entender un poco el fondo de esa discriminación entre 'mujer madura' y 'mujer no madura'.

Es aquí donde siempre se usa el 'científicamente comprobado' con tal arrogancia, que nunca se percibe que tras esa frase, hay unos cuantos seres humanos que no están aislados en el universo, sino muy por el contrario, están sometidos al ambiente social y cultural que les rodea, y por ende, sus estudios científicos tienen inevitablemente parte de esa influencia social (más aún es esta influencia cuando de Ciencias Sociales se trata, porque no hay ecuaciones que favorezcan la objetividad y el determinismo de los resultados). Para dejarlo claro: Obvio que Freud continuaba con su visión falocentrista del universo. Para él, las lesbianas eran 'humanos no desarrollados satisfactoriamente'. La homosexualidad según Freud, era una interrupción en la maduración del ser humano. Según él, toda persona nacía en la bisexualidad, atravesaba un período de homosexualidad que finalizaba cuando emergía heterosexualmente hacia la vida adulta.

Ni hablar de Jung, Daco y Janet (entre otros que no recuerdo), que asumían la homosexualidad como una desviación de la sexualidad, y no simplemente con el tinte de 'desviación' como si de una bifurcación se tratase. No. Hablaban de 'desviación' en términos de aberración. Si bien en sus escritos no lo dicen directamente, comparan la homosexualidad, tanto en hombres como en mujeres, con relaciones conflictivas, de celos extremos, de agresión y violencia cruda. Textualmente aseveraban que este tipo de relaciones traían “sufrimientos, obsesiones y celos espantosos, que casi siempre terminaban con la muerte” de uno de los integrantes de la pareja: usan 'abominable' sin decirlo expresamente.

Con este ámbito, las lesbianas del siglo XIX tampoco podían esperar que se las reconociera socialmente. Se pensaba de ellas como entes abominables, y como mujeres que sólo una buena relación sexual con un hombre las incorporaría al grupo de las mujeres heterosexuales, ya que aún no estaban maduras como seres humanos (con qué fineza se pueden decir las cosas más espantosas).

El sistema patriarcal no había cambiado para el siglo XX, pero aparece la ciencia social que revolucionará 'la mente de la población' (o al menos eso se creía), y romperá con muchos tabúes en pos de mejorar la calidad de vida de las personas: La sexología.

Esta ciencia humana, acompañada por la psicología moderna (dejando a un lado las vetustas ideas de Freud respecto de la sexualidad), y apoyada por la medicina y el desarrollo tecnológico que le permitió a ésta la investigación del cerebro y sus respuestas ante determinados estímulos, se concluyó finalmente que el falocentrismo era una idea tan vieja como la biblia, y tan útil como una 'rueda' cuadrada: sólo favorecía a la insatisfacción y generaba represiones. Estimó que el 30% de las mujeres disfrutan de sólo coito hasta el clímax, y que, por ejemplo, alternativas como el cunnilingus o los masajes clitorianos producen mayor satisfacción. Desterró la idea de la necesidad de un falo para la satisfacción de la mujer, y comparó en una suerte de igualdad, al pene con el clítoris, ayudando a eliminar otra de las vetustas ideas de Freud que aseveraba que la mujer experimentaba una sensación de carencia por no tener 'pene': Obvio que Freud continuaba con su visión falocentrista del universo.

La sexología entregó a la población un sin fin de alternativas y de prácticas para liberarse de los tabúes y las represiones en el aspecto sexual. Estimó algo aún más controvertido: la población nace bisexual en un 85%, y sólo un 10% nace indefectiblemente heterosexual y el 5% restante indefectiblemente homosexual. El porcentaje estimativo es alto, y el simple hecho de que la mayoría de la población sea heterosexual es producto de la represión a la que se someten a los niños, adolescentes y adultos a lo largo de su vida por medio de la educación, de la religión, de las 'reglas morales', de la familia, los medios de comunicación, los modelos o personajes famosos admirados, etc.

No me explayaré sobre el tema de la bisexualidad porque no es algo que quiera escribir en esta entrada, pero que conste que no la niego como algunos profesionales que aún hoy día la consideran una represión de la verdadera orientación sexual del individuo (sea ésta heterosexual u homosexual).

Incluso va un poco más allá de los mitos del sistema patriarcal, y asegura que los hombres experimentan placer ante la estimulación (con elementos artificiales o naturales) de la próstata, y que ello nada tiene que ver con la orientación sexual o con la identidad de género.

Aparecen estas importantísimas diferencias que pocas personas comprenden y que resultan esenciales para favorecer la tolerancia y aceptar todas las posibilidades de diversidad en cuanto a sexualidad y auto-denominación o auto-identificación se refiera.

La identidad de género es la identidad que el individuo acepta para sí, es la forma en que se ve a sí mismo, y que puede ser contraria al sexo del cuerpo con el que ha nacido. Esta identificación no se reduce sólo a hombre y mujer, también puede responder a una identificación con lo andrógino o mismo no responder a ninguna de ellas.

La orientación sexual, independiente de la identidad de género, es la que se 'etiqueta socialmente' según el sexo de las personas que le atraen sexual y/o emocionalmente al individuo que luego será denominado con tal 'etiqueta'. Ciertamente es una denominación pobre, pues sólo se determina acorde el sexo físico de las personas que le atrae, que como se dijo antes, no siempre coincide con la identidad de género. Es por ello que a veces se puede entrar en conflictos de 'etiquetas' cuando se busca 'denominar' una situación en donde, por ejemplo, un hombre que se identifica como tal, se siente atraído por una persona con genitales femeninos que se identifica como hombre, y le gustan los hombres (y así muchas otras variantes).

Pero en términos generales, son dos conceptos importantes, porque favorecen a conceptualizar la separación entre lo que una persona es en sí misma, y su sexualidad, sin que una esté determinada por la otra.

Entendiendo estas dos diferencias, se puede comenzar a aceptar variantes más complejas que sólo las cuatro típicas de hombres heterosexuales/ homosexuales y de mujeres heterosexuales/ homosexuales. Se puede comenzar a entender diversidades tales como personas con genitales masculinos que se identifican con mujeres y que se orientan sexual y/o emocionalmente a mujeres, o personas con genitales femeninos que se identifican como hombres, y que se orientan sexual y/o emocionalmente a hombres. En estas palabras estoy también incluyendo a las personas transexuales, que pueden ser personas transexuales (hombres o mujeres) con una orientación sexual heterosexual u homosexual.

Aún y con toda la revolución que hizo la sexología, aún y con todo el material y la información que dispuso al alcance de las personas, se continúa con un sistema terco, que mantiene los mitos de antaños. Se persiste en chistes baratos cuando algunas de las investigaciones de la sexología emergen en una conversación; y la religión, junto con los medios de comunicación, continúan reacios a favorecer la expansión de estos conocimientos. Gracias a este sistema que aún se sigue manteniendo, a pesar de los descubrimientos y estudios de la sexología, se somete a la invisibilidad a grupos minoritarios, despreciándoles o ridiculizándoles cuando ya la ciencia les acepta y no consideran en ello ningún tipo de 'anomalía', como quiere hacer creer el sistema.

Como expuse en una entrada anterior, las lesbianas son completamente invisibles en la sociedad, haciendo que esta invisibilidad de una errónea sensación de mayor aceptación con respecto a los hombres homosexuales.

La lesbiana adolescente no tiene representación ni inclusión: en las escuelas, cuando se habla de educación sexual, incorporan puntualmente la homosexualidad masculina, explicando los riesgos y los métodos de precaución necesarios para evitar enfermedades de transmisión sexual. En muchas clases de educación sexual heterosexual, se suele hacer un paréntesis para hablar de la homosexualidad masculina. Nunca se sabe nada de la homosexualidad femenina, de los riesgos que tiene, ni de los medios necesarios para protegerse en relaciones casuales. Simplemente se obvia, promoviendo la sensación de ser una relación sexual sin riesgos (obviamente esto no es correcto).

La lesbiana adolescente no tiene modelo o persona pública con la cual identificarse. En Argentina, muchos hombres exitosos de los medios de comunicación han hecho pública su orientación sexual, y han emitido mensajes de apoyo para los chicos adolescentes con orientación homosexual. Para las lesbianas no hay íconos que seguir o que transmitan apoyo, no hay personajes que ayuden a sentir una leve identificación. Muy por el contrario, lo único que se ve es la explotación de la fantasía masculina de las dos lesbianas, que EN ABSOLUTO es mínima representación para una adolescente lesbiana. Porque, como he dicho en la entrada anteriormente mencionada, esa fantasía responde a satisfacer la idea de un trío con dos mujeres en la mayoría de los hombres heterosexuales. Cuando se sobreentiende en esa imagen que no debe haber intervención masculina, se procede al método despectivo de la relación lésbica, regresando a las ideas vetustas de Freud, y aludiendo la insatisfacción que supuestamente esta clase de hombres ve que llevan ambas mujeres por no haber un falo que sustente el placer de ambas.

La adolescente lesbiana no tiene comerciales dirigidos hacia ella, no tiene música orientada hacia ella, y en las novelas o series, casi no existe una relación lésbica que le permita identificarse con ella. Como dije, lo lésbico que suele aparecer en los medios de comunicación están básicamente orientados a los hombres. Los eventos de moda están dirigidos para que las mujeres contemplen la ropa, y los hombres, contemplen la imagen erótica que les retrae a sus fantasías. Ejemplos son estos comerciales que aparecen en revistas de moda principalmente:



O mismo como ocurre con las parejas homosexuales masculinas, las lesbianas de la publicidad son sometidas a la heteronormatividad, es decir, a obligar que una de las integrantes de la pareja 'realice el rol de mujer' y la otra 'realice el rol de hombre', como se puede ver en estas publicidades:



En éstas se ve concretamente que la mujer que está tomando el rol masculino, ejerce el mismo tipo de poder con su imagen que el que se impone en las relaciones heterosexuales: el rol masculino es más poderoso, se impone ante el rol femenino, le cuida actuando como protector, y le toma como un objeto de belleza, con el cual embellece su visión de la vida. Esto NO representa a la lesbiana.

Ni que hablar del grupo transexual. Evidentemente ni siquiera tiene este tipo de comerciales. Dentro de las minorías es el más vilipendiado, tanto por los heterosexuales, como por los homosexuales.

Son sometidos a mayor invisibilidad, pues al igual que el grupo de las lesbianas, carecen de representación en los medios (a pesar de que en Argentina existe una persona mediática que puede mas o menos representarles: Florencia de la V, no implica que represente a todas y cada una de las personas transexuales. En todo caso, Florencia permitiría a las mujeres transexuales heterosexuales identificarse, NO así a las mujeres transexuales homosexuales, cuya condición les trae muchísimas complicaciones, incluso en el ámbito mismo de las lesbianas). Por supuesto, no hay personaje mediático con el cual los hombres transexuales puedan identificarse. Lo más parecido a ello es la burda imagen de 'camionera' con la que se estereotipa a todas las lesbianas que no gustan de los estándares femeninos impuestos socialmente.

Pero aún y con personajes como Florencia, la situación que viven los transexuales no les hacen menos invisibles. Se sigue realizando chistes baratos respecto a la condición de mujeres transexuales, e incluso dentro del grupo feminista se les vilipendian más que los hombres transexuales aseverando que como antiguo 'detentador del poder', pudo elegir ser mujer sin complicaciones, y que su condición de mujer transexual les da poder, por ser en realidad hombre en su pasado. Definitivamente una mujer transexual ha dejado los privilegios de hombre, para no sólo salir de esa mayoría poderosa a la que antiguamente pertenecía, sino además someterse a una minoría femenina que le cuestiona su condición. Deja su posición de privilegio al aceptar su cambio al sector femenino, y no sólo allí tiene que someterse a los prejuicios y estereotipos que le impone el sector masculino que ha abandonado, sino que además, es sometida a los prejuicios del sector femenino no transexual, por lo que dentro de las minorías, los transexuales son aún 'más' minoría. Por supuesto que ésto les hacen más invisibles (amén de los estereotipos que los ubican en el ámbito de la prostitución, donde socialmente es la única actividad que se les permite hacer, pues se les considera que 'para eso se han cambiado al mundo femenino'. Como se puede ver, se sigue repitiendo el esquema patriarcal: lo femenino, siempre complaciendo al hombre. Por esto las mujeres transexuales tienen pocas opciones fuera de la prostitución, y por esto, los hombres transexuales son completamente invisibles)

Ciertamente este tipo de cuestionamientos permanentes por parte del grupo femenino al grupo transexual, no los viven de igual forma los hombres transexuales, porque aún sin darse cuenta, muchos grupos que buscan igualdad de géneros, terminan por vilipendiar a las mujeres transexuales, y no cuestionan a los hombres transexuales, dando a entender un doble discurso complicado: ¿acaso se debe interpretar que ser hombre transexual, e intentar ingresar al sector de poder es menos irritante para este grupo, que el hecho de que un antiguo hombre (físicamente hablando) ingrese como mujer transexual al sector femenino?

En fin, más allá de estos problemas internos dentro del grupo femenino, lo realmente complicado de esta invisibilidad a la que se somete a estos grupos minoritarios por parte de la sociedad, es que se encuentran presionados a ejercer su condición en una forma más secreta que las otras minorías mas visibles.

Probablemente muchos crean que la invisibilidad tiene sus beneficios, pero en realidad, se produce todo lo contrario.

La invisibilidad, por parte del grupo lésbico como de los transexuales, produce un conflicto interno que se traduce en problemas de autoestima. Todo individuo en la sociedad construye su personalidad acorde al entorno que vive. La sexualidad es un aspecto más de la personalidad de cada individuo, y el hecho de que su condición sea invisible ante el resto, conlleva a una subvaloración de su persona, que es impulsada por los medios de comunicación.

No se puede compartir la sexualidad en las pláticas diarias, donde los heterosexuales, permanentemente hacen alusión a frases o elementos que marcan su sexualidad. Esto no es posible para los grupos invisibles, por lo que disminuyen también su capacidad de expresión para con el resto de los individuos de la sociedad. El hecho de no tener iconos o personajes con los que representarse, lentamente provoca que se aislen en ese aspecto de su vida privada, aún contra su voluntad, por temor a que la visibilidad les produzca efectos negativos en un sistema que les niega por completo su existencia.

Aún más, llega a tal grado la negación del grupo lésbico que muchas veces, se asume que tales mujeres 'regresan de la homosexualidad'. Un hombre homosexual siempre será respetado como tal, y no se le cuestionará su sexualidad (luego de una relación homosexual, el hombre ya no vuelve a ser visto por la sociedad como 'macho', porque ha perdido el poder, pues otro hombre le ha 'dominado' -según la visión de la sociedad-), pero a una lesbiana sí, porque se asume que la homosexualidad femenina es un 'experimento' en la vida sexual de una mujer, la cual nunca estará sin un hombre por el resto de su vida. En una relación lésbica, la sociedad no ve a una mujer con el poder suficiente como para 'mantener' a otra mujer junto a ella, pues para ello se necesita el dominio que el sistema le ha conferido al hombre. (Es por ello que se asume con tanta trivialidad el hecho del supuesto 'regreso' a la heterosexualidad por parte de las lesbianas tras la intervención de un hombre o tras el 'aburrimiento' de la vida sexual sin uno).

No se acepta la existencia de una mujer que ha decidido vivir sin un hombre, por lo que siempre la sociedad verá en ella la idea de que 'una buena noche con un hombre la regenerará al camino de la heterosexualidad'.

Ni hablar de las cuestiones legales para con el grupo invisible. La invisibilidad produce la errónea sensación de que no hay conflictos a resolver. Legalmente se puede hablar de todos los conflictos de las parejas lesbianas cuando una de las dos tiene hijos de relaciones anteriores, o por medio de inseminación artificial, que ante una eventual muerte de la madre biológica, el sistema no protege al niño que ha crecido con dos madres, pues no reconoce a la otra como tal.

Esto conlleva a conflictos de vida diaria en la vida de las madres, como en la del infante: dentro del ámbito escolar, el niño tendrá inhibiciones para hablar respecto de sus padres (convengamos que la culpa la tiene la sociedad que estigmatiza a las parejas homosexuales, NO las parejas homosexuales que adoptan/tienen hijos, a los cuales los crían perfectamente igual que las parejas heterosexuales), escolarmente las autorizaciones y las responsabilidades para con el infante estarán cayendo en un 100% sobre la madre biológica, etc.

Estas mismas problemáticas pueden ser aplicada a las parejas cuyos integrantes o uno de los integrantes de la misma sea una persona transexual.

La división de bienes, pensiones, jubilaciones, obra social, etc. Todos los derechos legales que los heterosexuales poseen, son completamente olvidados para estos grupos invisibles, de los cuales ni se hablan dichas problemáticas por justamente, la sensación de inexistencia de conflicto. Lo cual hace de estos individuos, ciudadanos de segunda, con un derecho civil más pobre que aquellos que siguen la 'norma'. En los países donde se respetan los derechos humanos, esto es un atentado contra los derechos de los individuos que no siguen la 'norma'. Pero como es invisible la problemática, o sea 'la hacen invisible', se mantiene la apariencia de que todo está correctamente ordenado.

La invisibilidad del problema no es orden. Es negación.

Hacer invisible a las minorías, es negarlas. Negar a un grupo, es negar su existencia, y eso es una forma de violencia. Violencia sutil, pero violencia al fin y al cabo.

Gracias Noir por tu colaboración en esta entrada.

Links que complementan la lectura:

Sonidos del pensamiento

16 de agosto de 2008

1 Oscuridades  

Luna llena.

Brisa fresca de otoñal invierno que resbala por los metales fríos.

La tristeza mira el café de negro punto.

Cabellos que se enredan con gotas de agua.

Gotas de agua que acarician cabellos.

Susurros.

Sonidos.

Recuerdos.

Voces sintetizadas que anuncian los metales.

Puertas que se abren.

Puertas que se cierran.

Puertas transparentes que separan aún contemplando lo aparentemente accesible. Quimera.

Calidez efímera, que con pasos dolorosos se aleja. Tristeza.

Aroma hogareño que se oxida en los kilómetros extensos. Compañía.

Y así, todos los huesos desenterrados,

todos los árboles contemplados,

todas las calles extraviadas,

todas las corcheas desempolvadas,

todas las palancas presionadas,

todas las gotas caídas,

todos los días vividos

parecen evaporarse en sabores sepias

que una boca reluctante aún se empecina en degustar...

Y así, emergiendo de una quimera,

y así, sumergiéndose en otra nueva,

el día hacia la realidad comienza...

una realidad que se debe hacer quimera

porque la quimera debe ser real.

Demasiada madrugada como para coherentes pensamientos.