Es increíble. Hace dos días mi madre trajo a casa un folleto de Actimel, que iniciaba una de esas bizarras promociones donde juntando X cosas, junto con la compra de Y cosa y pagando Z pesos más (a parte de la compra de Y), te llevas ‘gratis’ una mierda M, que bien podrías haber comprado en un lugar de primera calidad si no hubieras hecho tal procedimiento.
No es de sorprender que hagan abusos con tales promociones, que son una estafa para quien las ‘aprovecha’ (lo mismo sucede con los suplementos ‘gratis’ de los diarios y periódicos, que te los llevas sí y sólo sí has pagado $14.99, por poner un ejemplo.).
Me irrita mucho que me quieran vender por gratis algo que estoy pagando casi el triple. Antiguamente estas promociones eran más dignas. Una persona podía adquirir productos de mediana calidad con el plus de que compraba lo que diariamente necesitaba. Por ejemplo, hace años atrás, la gente que compraba el diario, tenía como regalo una revista los domingos, o un libro mensual. Ahora también son gratis, pero luego de pagar equis cantidad de pesos.
Claro, con este concepto de lo gratuito, vivimos en pleno comunismo. ¡Dioses! ¡No me había percatado! Cuando vas a la librería, al bazar, al supermercado, a la ferretería, a cualquier lugar, TODO es gratis, sólo luego de haber dado en calidad de ‘retribución’ (¿?) una cantidad equis de dinero. Este comunismo me sabe a capitalismo. Oh, si. Desperté de mi quimera.
Pero más allá de los ‘$ *inserte número*.99’, de las cosas en combo por las cuales pagas el triple, o por la adquisición de cosas inútiles y de dudosa calidad, ésta promoción me resultó de gran subestimación para con el comprador.
La promoción se llama “Sumate a la operación invierno Actimel”… y ‘ganate (¿?) una taza’
No, no, no es una taza del siglo XIX, tampoco es taza de porcelana china, no es siquiera de loza. No tiene dibujos ni incrustaciones de fantasía. Ni siquiera es una imitación de una taza de algún tipo de ícono de moda (¿Bob Esponja? ¿Simpson?).
No, no, Es una hermosa, fina y pedorrísima taza de plástico, de esas que si las dejas al sol se ablandan. Oh, si. Nadie que tome Actimel es digno de todos los beneficios que da el producto si no lo toma en la taza de morondanga.
En fin, dejando el sarcasmo de lado, levantando los hombros, y haciendo un gesto de aquél que sabe lo porvenir, uno continúa la lectura.
Con semejante porquería ‘obsequiada’ uno sospecha que el procedimiento para la adquisición será sencillo, es decir: tal vez juntando un envase, o a lo sumo tres. O tal vez mirando fijamente al tipo del supermercado alcance para que te den semejante basura de plástico.
Pero no. El proceso es largo, tedioso, y costoso.
14 veces tienes que consumir el producto, y sólo LUEGO de comprar el décimo quinto, tras mostrar y constatar que efectivamente has consumido 14 de estos, sólo allí serás acreedor/a de una absoluta y grandiosísima porquería de plástico (la cual probablemente tengas que esperar 14 días, porque el tipo del supermercado tiene que hacer el pedido a la empresa y ésta debe contestarle con el envío de la susodicha taza).
Además me irrita que le llamen ‘taza’ a un vaso de plástico con asas, porque ‘taza’ tiene más dignidad que ‘vaso de plástico con asas’, pero en fin, los juegos sucios para tontos con los que se valen las empresas para continuar el procedimiento sin vaselina, una y otra vez…
Y más allá de todo lo que uno ve en la primera parte de dicha promoción, lo más estúpido e indignante es el reverso, que sería el lugar donde uno debería pegar cada una de las tapas del producto consumido.
Verdaderamente insultan al consumidor que sigue la promoción, con carteles casi infantiles, donde el papel te está hablando y ‘animando’(¿?) a continuar con la ‘tan difícil’ operación. Los mensajes marcados se me hicieron el súmun de la estupidez.
Buscan fomentar entusiasmo por la adquisición de algo, que la verdad, debería caérsele la cara de vergüenza a la empresa.
¿Tan idiotas somos que las empresas nos engañan con espejitos de colores? (rectifico, ¿con plásticos de colores?)
Mejor sigo intentado estudiar…